A 24 años de la firma de la paz y en medio de una situación de violencia diaria en El Salvador, el rector de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), el sacerdote jesuita Andreu Oliva, cree que el Gobierno del FMLN aún no entiende que el país vive en una emergencia y que debe ser atendida como tal. Señala una ineficiencia histórica de gobiernos de derecha e izquierda, pero no exculpa a la sociedad: la delincuencia es el resultado del fracaso de los salvadoreños. Oliva prevé que el Frente camina en terreno peligroso cuando es grupo empresarial, que ARENA no es oposición propositiva y que el resto no son tercera vía. Así, reta a los partidos a mejorar porque, advierte, son condición para la democracia.
La encuesta de la UCA muestra una visión negativa. ¿Cuáles son las causas del pesimismo salvadoreño?
En primer lugar, es la situación que vive la gente, marcada por la delincuencia, la criminalidad, la inseguridad. Hay datos duros, que son bien objetivos, que muestran que la victimización es mayor. Las expectativas que podía tener la población respecto a los planes gubernamentales se han visto frustradas porque este cambio no ha venido y eso hace sentir a la población que la situación no avanza. La confianza de la población respecto a las instituciones ha disminuido, la Iglesia Católica, aún siendo una institución de mayor confiabilidad, ya no tiene el mismo porcentaje de personas que confían mucho y ya no digamos instituciones como Policía, Fiscalía, Corte Suprema de Justicia.
¿Qué ha pasado con los gobiernos del FMLN?, ¿por qué no logran ser efectivos?
Yo diría que generaron expectativas muy altas en la población y la población deseaba un efecto de cambio, que fue la promesa principal del Gobierno de Mauricio Funes y ese cambio no se dio tal como se había anunciado. Ciertamente no ha habido esa capacidad de gobernar con eficiencia, que el país requiere, algo que viene desde antes. Los Gobiernos salvadoreños después de los Acuerdos de Paz no se han podido calificar por gobiernos eficientes, que tengan capacidad de hacer planes y desarrollarlos, la mayoría de promesas de campaña nunca se cumplen. Yo diría que es muy similar esa falta de capacidad de gobierno tanto en la derecha como en la izquierda.
¿Esa ineficiencia es un mal histórico?
Sí... La misma guerra es precisamente porque hay una serie de demandas insatisfechas, libertad, justicia, empleo y una vida más digna, eso se ha venido frustrando. Los gobiernos han venido respondiendo más a principios ideológicos e intereses de grupos que a intereses de la población, por ello, la población va sintiendo frustración. Un porcentaje mayor al 50 % dice que el Frente no debería seguir gobernando y eso ha ocurrido en las encuestas con los gobiernos de ARENA.
También es curioso que más de la mitad no prefiere a ningún partido...
La población va sintiendo que los partidos una vez llegan al poder no responden a sus demandas y, por tanto, se va perdiendo la preferencia partidaria. Eso es un llamado de atención importante porque los partidos políticos son necesarios para un país, porque sin partidos políticos no hay democracia. Deben generar confianza, ¿cómo?, respondiendo a sus demandas, con la población que les ha votado, pero también con la población que no les ha votado. No es solo pedir cosas, sino vivir en paz, tener seguridad, empleo.
Están por cumplirse 24 años de los Acuerdos de Paz, ¿vivimos en paz?
No se puede llamar paz a la situación que vive El Salvador, tampoco se le puede llamar guerra, la paz y la guerra no son dos contrarios, pero no vivimos en paz porque la gente no se siente segura, están muriendo 6,500 el año pasado... La paz supone que la gente siente seguridad, se siente tranquila, que haya una convivencia pacífica entre la población. (También), sin un verdadero estado de justicia social, no hay paz, habrá grupos que sienten que sus derechos no son respetados y eso genera un nivel de conflictividad. Durante todo un periodo histórico muy largo, no se ha ido construyendo una sociedad fundamentada en la justicia social, es una sociedad con muchas personas que están marginadas.
El modelo que ha planteado este Gobierno es de inclusión. ¿Por qué no lo logra?
No se logra en pocos años, si no hay participación de todas las fuerzas, políticas, económicas y sociales. Cada vez que se pretende una reforma fiscal nos topamos con algo intocable, los partidos de derecha no están dispuestos, tampoco la Asociación Nacional de la Empresa Privada. La función del Estado tiene que ser de redistribución, fomentar el empleo, la inversión. No basta con decir: Va a ser. Requiere de tiempo, recursos y un plan, vemos que los países que han logrado esa transición lo han logrado en 20 o 25 años, pero porque tenían claro hacia dónde querían ir, e independientemente del Gobierno que ha estado, han mantenido esa dirección, y eso supone no solo políticos capaces sino un funcionariado capaz, bien formado, lo cual tampoco pasa en nuestro país, en ningún lugar se hacen concursos para las plazas en base a las competencias, sino porque son amigos, parientes.
¿Qué sigue después de concluir el plan El Salvador Seguro?
Implementarlo, falta un plan de implementación y ver cuáles son las acciones que van a tener un impacto más rápido. Aunque se haya aprobado este impuesto los recursos no son suficientes. Lo que tenemos que evitar es que los jóvenes sigan incorporándose a estos grupos pandilleros, delincuenciales, hay que intervenir los municipios de mayor riesgo de manera integrada. Lo que tienen que hacer es un trabajo continuado en una misma dirección.
¿La violencia es efecto de la tregua?
Algunos de los incrementos a la delincuencia están relacionados a los efectos de la tregua, porque permitieron un espacio para tener mayor control territorial pero sobre todo es el efecto de no haber atendido este problema cuando inició. Se dejó crecer, primero, sin atenderlo, cuando se quiso atender, se quiso atender policialmente con los planes de “Mano dura”, se cometieron errores importantes como distribuir a las pandillas en cárceles diferentes. Es fruto de muchos errores y que seguimos pensando que para resolver esto no necesitamos una situación de emergencia. Está bien claro que la violencia es el principal problema del país. La situación de violencia del país es una situación de emergencia que requiere una atención de emergencia que tiene que continuar por muchos años.
[caption id="attachment_613883" align="alignright" width="198"] Foto: DEM[/caption]
¿No entiende el Gobierno que estamos en emergencia?
No lo visualiza de esa manera, sí ven que es un hecho importante y prioritario, pero creo que no dan el paso de decir: “Estamos en una situación de emergencia” y eso necesita una solución.
¿Por qué nunca el Estado ha logrado cumplir la obligación de rehabilitación?
Porque en el fondo no hay interés. No solo los políticos, a excepción del que es familiar de la persona, estamos poco interesados, somos una sociedad que excluye, al delincuente lo excluimos, no estamos interesados en que vuelva a ser parte de la sociedad, eso requiere una conversión de la población. Esta persona merece otra oportunidad, claro, tiene que cumplir su pena y tiene que realmente haber un cambio en esa persona, pero debemos ayudarla, porque cuando se dan estas situaciones de delincuencia que tenemos en nuestro país es culpa de la sociedad, eso es un fracaso de la sociedad salvadoreña, no es un problema particular. El padre Ellacuría lo decía. Somos como sociedad responsable y el Estado debe cumplir con ese derecho, ¿pero en las cárceles actuales quién se va a rehabilitar?
¿Cómo evalúa el diálogo partidario y el retiro de ARENA del mismo?
Lo evalúo como una falta de patriotismo. El país necesita de un diálogo permanente y de que los partidos con otros actores económicos y sociales lleguen a acuerdos, además hubo un compromiso previo a las elecciones en el que fueron testigos la OEA y el PNUD. Si uno se siente profundamente salvadoreño, no podemos dejar que el país siga como está y debemos contribuir, independiente si nos van a poner la medalla o se la va a llevar otro, a buscar cómo salir de la situación en que estamos. La posición de retirarse es equivocada. Un partido de oposición que ha tenido un respaldo tan importante debe ser el más preocupado en buscar soluciones al país aunque no esté gobernando. La población quiere ver acuerdos de país a largo plazo... La historia del diálogo en el país es difícil, quizás el único diálogo exitoso fue el diálogo que llevó a los Acuerdos de Paz y que requirió de la mediación de la ONU...
¿Usted cree que el FMLN ya no es un partido revolucionario, sino un grupo empresarial?
Yo diría que todavía es las dos cosas y me parece que una no excluye la otra. A mí me parece que el Frente busca transformaciones sociales, se nota en la manera de gobernar, pero también es cierto que el Frente se está convirtiendo en un grupo empresarial, que es el grupo de ALBA, a través de estas empresas, el Frente está ejerciendo un papel de empresario. Que un partido político se convierta en un grupo empresarial me parece peligroso, porque en la medida que te conviertes en lo que no es tu esencia, la de ser partido, ya entran los intereses económicos, puede ser que acabes defendiendo únicamente los intereses como grupo empresarial.
¿Cómo ha visto la evolución de ARENA, la ha habido?
Sí ha habido alguna evolución, pero es mínima. ARENA no ha sabido ser oposición constructiva, de esta manera está haciendo lo mismo que el FMLN cuando estaba en la oposición, está siguiendo el mismo patrón que ARENA criticó por 20 años al FMLN, uno hubiera esperado que los que fueron Gobierno y hoy son oposición sabían ser una oposición constructiva, que realmente logra que el partido en el poder va apoyando proyectos que para ARENA son importantes. Pero desde una oposición de enfrentamiento no se logra si no es decir no... Es pensar en elecciones no para construir.
¿Los salvadoreños tienen una tercera vía en el resto de partidos?
No tienen una tercera vía. Los demás partidos son partidos muy oportunistas y que no responden a diferencias ideológicas. No veo diferencias ideológicas entre GANA y ARENA, entre PCN, ARENA y GANA, profundas, sí hay personas diferentes, liderazgos distintos, pero que tanto PCN como GANA lo que van viendo es cómo, al convertirse muchas veces en partidos bisagras, en que sus votos son importantes en la Asamblea Legislativa, cómo sin contar con los votos suficientes de la población, ellos consiguen más cuotas de poder. Son partidos muy oportunistas que no tienen proyecto, se convierten en negociadores de sus votos para obtener beneficios, recursos y un determinado espacio de poder.
¿Cómo recibió la noticia de la reiteración de las órdenes de arresto contra militares señalados en el caso jesuitas?
La recibí con satisfacción porque me parece que es lo lógico. Después de lo que ha ocurrido en el país hasta hoy, uno diría sí hubo un error porque la misma Sala de lo Constitucional dijo que la nota de difusión roja era de detención, no de localización. El juez ha consultado a la Fiscalía General, ha visto la sentencia de la Sala de lo Constitucional, una nota de la Procuraduría de los Derechos Humanos, y ha dicho: hay que reactivar.
¿Qué buscan en este caso?
Nosotros buscamos romper con la estructura de impunidad actual y en el pasado. Creemos que el caso de los jesuitas no es el caso más importante ni el único caso, sino que la población de El Salvador víctima de violaciones de derechos humanos por parte del Estado merece justicia y reparación, eso hasta la fecha ha sido imposible hacerlo porque el sistema judicial lo ha impedido. Cuando el sistema no funciona, hay que recurrir a las instancias internacionales. Hubo otros grupos que presentaron el caso ante la Audiencia Nacional española y ese caso ha seguido adelante, a pesar de muchas dificultades, porque la justicia internacional es competente en el caso de las violaciones a los derechos humanos cuando un Estado niega la justicia a sus ciudadanos. Eso, si prospera, nos va a llevar a conocer la verdad en el caso de los jesuitas, pero también a que sea posible conocer la verdad, que se haga justicia y se repare a las víctimas en muchos otros casos, que hemos presentado a la Fiscalía.
[caption id="attachment_613884" align="alignnone" width="300"] Foto: DEM[/caption]
En cinco preguntas
¿Expectativa del nuevo Fiscal?
Hasta que veamos qué es lo que va ocurriendo vamos a tener una mayor expectativa. La encuesta nos muestra una Fiscalía con poca confianza, la población cree que hay bastante corrupción en la Fiscalía, que no ha cumplido con el trabajo. Creo que el nuevo Fiscal tiene sobre sí una responsabilidad muy grande. Yo diría que esta persona tiene experiencia, conocimiento de la Fiscalía y tiene que desempeñarse al máximo para transformar la Fiscalía. Es importante que tenga el apoyo de todos los partidos porque ahora él tiene que responder a ese voto de confianza. Eso lo vamos a ver en su actuación, que sea una persona diligente, que trabaje, no las ocho horas diarias.
¿Está a favor de una comisión internacional contra la corrupción?
No debe ser sobre la corrupción, creo que lo importante es apoyar la lucha contra la impunidad, tenemos unos niveles de impunidad muy altos. Hay que reforzar la Policía en su capacidad de investigación, la mayoría no se llegan a judicializar, en el sistema judicial no prosperan porque las investigaciones no son profundas. Una comisión internacional que tenga esos conocimientos, que trabaje de la mano con la Fiscalía, para fortalecerla, a la Policía, podría ser un camino a la solución.
¿Cómo evalúa el trabajo de la Sección de Probidad de la Corte?
Ha sido muy positivo porque esta comisión de probidad no estaba haciendo nada. Para que quede libre de toda sospecha, es importante que se investiguen todos los funcionarios, no solamente algunos. También, la Ley de Probidad es una ley muy obsoleta. Eso nos ha generado cierta frustración porque podíamos haber tenido una mejor Ley de Probidad.
¿Es posible rehabilitar a pandilleros?
Conozco un caso, así como muy personal, de un jesuita en Guatemala que comenzó a trabajar con las pandillas y vio que hay personas que tienen un nivel de involucramiento tan alto que es difícil rehabilitarlas, pero hay jóvenes que están comenzando, con esas personas hay que priorizar, pero eso también requiere de la sociedad mucha apertura. Yo veo que hay un cierto cambio, hoy hay un porcentaje mayor que cree que sí es bueno tener un diálogo con las pandillas.
¿Debe haber diálogo con pandillas?
Yo creo que tiene que haber un diálogo, que no es lo mismo que una negociación. Creo que la vida en las pandillas es una vida muy dura, muy inhumana, al cabo de un tiempo hay un cansancio. Lo que no creo es que haya que negociar, sino dialogar para buscar una solución, no solo con los líderes, sino a nivel local.
Perfil
ANDREU OLIVA
Andreu Oliva nació en Barcelona, España, el 29 de octubre de 1957. Se tituló como profesor, ingeniero, administrador, filósofo y teólogo. En 1988 ingresó a la Compañía de Jesús y en 1995 se ordenó como sacerdote. Dentro de la orden, se ha desempeñado como vicario-administrador de la Parroquia San Isidro, ubicada en Tocoa (Honduras); vicerrector general de la UCA de Managua (Nicaragua); coordinador general de la Red Ignaciana de Emergencia y Solidaridad (RIDES); y ecónomo provincial para Centroamérica, entre otras funciones. En 2008 llegó a la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) para asumir como vicerrector de Proyección Social. Es rector de la UCA desde enero de 2011.
Fuente: Sitio web de la UCA.